Sábado. Pasaron minutos de las siete de la mañana. Temperatura: un grado bajo cero. Situación: desvelada desde las 5, dí vueltas en la cama dos horas. Tuve lo que se conoce como "momento de inspiración": me estallaba el cerebro de pavadas, así que dije: "Me levanto y las bloggeo". Me senté en el sillón con la notebook, pude música suave (no sin antes pasar por los canales de noticias) y con una sonrisita de costado, pensé: "Me siento como Carrie" (Por Carrie Bradshaw, protegonista de "Sex & the City", sólo que no estoy en un departamento en Nueva York, definitivamente no uso un par de zapatos de Manolo Blahnik y en lugar de estar tomando un café de Starbucks... mate, obvio), y sin darme cuenta comenzó a tomar forma mi columna de estos días. El tema: encontré un momento pára mí. Nadie a mi alrededor enuncia frases encabezadas por la sílaba: "Ma", porque Fran y Juani duermen plácidamente. Los mates que me cebo los tomo calentitos, no ...