Sábado. Pasaron minutos de las siete de la mañana. Temperatura: un grado bajo cero. Situación: desvelada desde las 5, dí vueltas en la cama dos horas. Tuve lo que se conoce como "momento de inspiración": me estallaba el cerebro de pavadas, así que dije: "Me levanto y las bloggeo". Me senté en el sillón con la notebook, pude música suave (no sin antes pasar por los canales de noticias) y con una sonrisita de costado, pensé: "Me siento como Carrie" (Por Carrie Bradshaw, protegonista de "Sex & the City", sólo que no estoy en un departamento en Nueva York, definitivamente no uso un par de zapatos de Manolo Blahnik y en lugar de estar tomando un café de Starbucks... mate, obvio), y sin darme cuenta comenzó a tomar forma mi columna de estos días. El tema: encontré un momento pára mí. Nadie a mi alrededor enuncia frases encabezadas por la sílaba: "Ma", porque Fran y Juani duermen plácidamente. Los mates que me cebo los tomo calentitos, no tipo "tereré" como cuando desayuno mientras hago mil cosas a la vez. Estoy sentada hace más de media hora, tranquila. Ah, y en la tele tengo MTV, como en aquellos "años mozos" (jejeje!) cuando ignoraba por completo la existencia de Discovery Kids o de Disney Channel. Sí, tengo sueño y no paro de bostezar, pero estoy chocha de haber encontrado por causa del desvelo de este momentito para mí. Sobre todo, porque cuando se termine, puedo compartir lo que queda del día con las dos razones más importantes que tengo para seguir viva: mis hijos.
Sábado. Pasaron minutos de las siete de la mañana. Temperatura: un grado bajo cero. Situación: desvelada desde las 5, dí vueltas en la cama dos horas. Tuve lo que se conoce como "momento de inspiración": me estallaba el cerebro de pavadas, así que dije: "Me levanto y las bloggeo". Me senté en el sillón con la notebook, pude música suave (no sin antes pasar por los canales de noticias) y con una sonrisita de costado, pensé: "Me siento como Carrie" (Por Carrie Bradshaw, protegonista de "Sex & the City", sólo que no estoy en un departamento en Nueva York, definitivamente no uso un par de zapatos de Manolo Blahnik y en lugar de estar tomando un café de Starbucks... mate, obvio), y sin darme cuenta comenzó a tomar forma mi columna de estos días. El tema: encontré un momento pára mí. Nadie a mi alrededor enuncia frases encabezadas por la sílaba: "Ma", porque Fran y Juani duermen plácidamente. Los mates que me cebo los tomo calentitos, no tipo "tereré" como cuando desayuno mientras hago mil cosas a la vez. Estoy sentada hace más de media hora, tranquila. Ah, y en la tele tengo MTV, como en aquellos "años mozos" (jejeje!) cuando ignoraba por completo la existencia de Discovery Kids o de Disney Channel. Sí, tengo sueño y no paro de bostezar, pero estoy chocha de haber encontrado por causa del desvelo de este momentito para mí. Sobre todo, porque cuando se termine, puedo compartir lo que queda del día con las dos razones más importantes que tengo para seguir viva: mis hijos.
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