Rasgando mi guitarra con el corazón abierto, me puse a pensar en qué cosas puede implicar el ser mamá y la cantidad de sensaciones asociadas a ello. Hablar sobre maternidad es cosa seria, me parece. Porque se trata de algo que cada una vive a su modo y es una condición (lo seas o no) con la que todas las mujeres nos relacionamos desde algún lugar. Es decir, para algunas es una meta en la vida. Para otras es algo que prefieren evitar porque sus intereses pasan por otro lado, decisión que la sociedad les resfreiga en la cara una y otra vez, porque para muchas la maternidad es un mandato social. Otras quizás no son mamás pero son esposas, tías de las que todos queremos tener o hijas incondicionales que se preocupan por sus papis viejitos como si fueran sus propios hijos.
Hay mamás que lo somos por parir a nuestros hijos. Y hay otras que "paren de corazón", que -en mi opinión- juntan más coraje que las que nos damos la peridural para soslayar lo que natura no quizo dar y, de igual modo, ejercer de alma la maternidad. A todas por igual nos duele cuando se lastiman nuestros hijos, todas dejamos de dormir bien si sabemos que están con fiebre... ¿Quién no se levantó a las 3 de la mañana en pleno invierno a hacerles la "nebu" por los broncoespasmos?
Que levante la mano la que puede ir tranquila al baño a hacer "número 2" cuando sus hijos están dando vueltas por la casa. O la que puede darse un baño que dure el tiempo que le gustaría...
¿Hay algo comparable al abrazo que te dan los chicos cuando salen del cole? Parece que no te hubieran visto por años, por la intensidad de esos bracitos que te atrapan. O lo que es darles la mano, esa manito que te conocés de memoria, desde que era una manito arrugadita, mínima, que se cerraba con fuerza alrededor de tu dedo. Y que día a día va creciendo de una manera que asusta por lo rápido que va pasando.
Hay una sensación de bienestar instintiva que te invade cuando sentís el aroma de la bochita pelada de tu bebé, o el olor dulce que suelen tener los chicos, al darles un besito en la cabeza.
Cuando ellos van creciendo, nos vamos olvidando sin querer de cómo les va cambiando la carita. Por eso es maravilloso vivir en la era digital, que nos permite registrar cada momento para siempre. Pero, más allá de eso, siempre recuerdo una frase que me dijo mi amiga Noe, mamá de Lauti, Gero y Rami: ¿viste que nunca te olvidás de la primera vez que los ves? Y es verdad. Puedo describir a la perfección cuando vi a Franco por primera vez, con su manito derecha hecha un bollito al lado de su sien (igual que en las ecografías!). Y a Juana, tan chiquita ella, con su pelito oscurísimo un poco pegado a su cabecita, un poco paradísimo e indomable!
Ellos hacen que todo valga la pena: las noches en vela, las tetas caídas, los flotadores rebeldes, dejar de lado ese emprendimiento que tanto te costó para quedarte encasa a cuidar de tu bebé, ese puesto de trabajo que soñaste por años pero que dejó de ser importante cuando tu test de embarazo te dio positivo, ir a trabajar con el "corazón con agujeritos" cada día porque no te queda otra, las súper ojeras con las que vivís durante los primeros añitos de vida, y que retornan el día que empiezan a salir de noche (algo que internamente NUNCA queremos que pase).
Y, bueno, se viene octubre, mes en el que nos dedican un día como mamás, y en el que también podemos homenajear a la nuestra del modo en que sea, y a la cual podemos empezar a entender desde otro lugar el día en que a nosotras nos empiezan a dedir "mamá".
Hay mamás que lo somos por parir a nuestros hijos. Y hay otras que "paren de corazón", que -en mi opinión- juntan más coraje que las que nos damos la peridural para soslayar lo que natura no quizo dar y, de igual modo, ejercer de alma la maternidad. A todas por igual nos duele cuando se lastiman nuestros hijos, todas dejamos de dormir bien si sabemos que están con fiebre... ¿Quién no se levantó a las 3 de la mañana en pleno invierno a hacerles la "nebu" por los broncoespasmos?
Que levante la mano la que puede ir tranquila al baño a hacer "número 2" cuando sus hijos están dando vueltas por la casa. O la que puede darse un baño que dure el tiempo que le gustaría...
¿Hay algo comparable al abrazo que te dan los chicos cuando salen del cole? Parece que no te hubieran visto por años, por la intensidad de esos bracitos que te atrapan. O lo que es darles la mano, esa manito que te conocés de memoria, desde que era una manito arrugadita, mínima, que se cerraba con fuerza alrededor de tu dedo. Y que día a día va creciendo de una manera que asusta por lo rápido que va pasando.
Hay una sensación de bienestar instintiva que te invade cuando sentís el aroma de la bochita pelada de tu bebé, o el olor dulce que suelen tener los chicos, al darles un besito en la cabeza.
Cuando ellos van creciendo, nos vamos olvidando sin querer de cómo les va cambiando la carita. Por eso es maravilloso vivir en la era digital, que nos permite registrar cada momento para siempre. Pero, más allá de eso, siempre recuerdo una frase que me dijo mi amiga Noe, mamá de Lauti, Gero y Rami: ¿viste que nunca te olvidás de la primera vez que los ves? Y es verdad. Puedo describir a la perfección cuando vi a Franco por primera vez, con su manito derecha hecha un bollito al lado de su sien (igual que en las ecografías!). Y a Juana, tan chiquita ella, con su pelito oscurísimo un poco pegado a su cabecita, un poco paradísimo e indomable!
Ellos hacen que todo valga la pena: las noches en vela, las tetas caídas, los flotadores rebeldes, dejar de lado ese emprendimiento que tanto te costó para quedarte encasa a cuidar de tu bebé, ese puesto de trabajo que soñaste por años pero que dejó de ser importante cuando tu test de embarazo te dio positivo, ir a trabajar con el "corazón con agujeritos" cada día porque no te queda otra, las súper ojeras con las que vivís durante los primeros añitos de vida, y que retornan el día que empiezan a salir de noche (algo que internamente NUNCA queremos que pase).
Y, bueno, se viene octubre, mes en el que nos dedican un día como mamás, y en el que también podemos homenajear a la nuestra del modo en que sea, y a la cual podemos empezar a entender desde otro lugar el día en que a nosotras nos empiezan a dedir "mamá".
Que significa: LO MAS MARAVILLOSO DE ESTE MUNDO!!!!!!!! Y sin peridural.... (Que recuerdos)
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