Hoy les traigo una opción para quienes tienen ganas de experimentar con sabores que salen de lo tradicional. No sólo es una excelente fuente de nutrientes, sino que se trata de una ensalada sana y deliciosa.
Ingredientes: un paquete de espinacas "bebé" (de hoja chiquita, bah, para que sea más tierna) bien lavado (*) y enjuagado; nueces peladas y cortadas en mitades (podés usar las de pecan que son deliciosas); queso feta en rodajas finas y también parmesano rallado groseramente (acá podés variar con opciones bajas calorías); pasas de uva sin semillas o cualquier fruta deshidratada en trocitos (orejones, peras, ciruelas); la receta original lleva panceta en cubitos, previamente frita en su propia grasa, pero si lo querés bajar en calorías, le podés poner jamón natural. Finalmente, manzana cortada en finas rodajas. Disponé todo en un bowl y condimentalo cuando lo vayas a llevar a la mesa, para que no se marchiten las hojas.
Aderezo: combinan muy bien el vinagre de manzana, aceite de oliva, sal, pimienta y mostaza de dijon (se baten todos los ingredientes juntos para hacer una vinagreta).
Depende la cantidad que hagas, puede servir como plato principal o como guarnición de pescado o pollo a la plancha, por ejemplo.
(*) Un consejo para ayudarte a cuidar tu salud y la de tu familia: las verduras y frutas que vayas a consumir pueden venir mal lavadas (con tierra) y, en el peor de los casos, pueden provenir de cultivadores que las riegan con aguas servidas (para hablar rápidamente, con aguas contaminadas), con lo cual lavarlas bien previo a su uso jamás está de más. Primero enjuagalas y luego dejalas sumergidas durante 5 o 10 minutos en una solución de agua de la canilla con 5 gotitas de lavandina (yo tengo un gotero de vidrio rotulado entre los elementos de limpieza de la cocina para que no me de fiaca ir al lavadero). Luego volvé a enjuagar, y listo.
Comentarios
Publicar un comentario