Las bajas temperaturas nos brindan la posibilidad de usar más ropa. Y no es verdad que el hecho de abrigarnos más nos puede hacer ver peor vestidas o menos femeninas: hay infinidades de prendas de abrigo, el secreto es saber cuándo usar qué cosa. Así que, humildemente, y siguiendo un poco otros blogs
megafashionistas y habiendo leído a la "gurú" del buen vestir, la Sra. Carolina Aubele, les muestro una galería para que sepan de qué se trata:
El trench (ejem... piloto?) : Se trata de una prenda impermeable que es totalmente válida para días soleados. Complementa looks formales e informales. Hay modelos clásicos en colores ídem: camel (en mil tonalidades), negro o azul. Aunque los hay en gris, colores estridentes y hasta estampados. Todo queda bien de acuerdo al contexto. Si tenés que invertir, hacelo tranquila porque lo vas a usar a morir. Recordá que no siempre suele ser abrigados, aunque hay modelos que vienen con interiores demontables para usar durante los días más fríos.
Tapadito "fiel" de paño o de tweed: Acá hay que invertir
grosso, porque el corte es fundamental: no tenemos que lucir "amatambradas" ni tampoco que parezca que el tapado nos lleva a nosotras. Que quede bien de hombro a hombro (ligeramente holgado), que el largo de las mangas sea adecuado y que, al cerrarlo, se ciña en la justa medida. Si andan cortas de presupuesto, les recomiendo esperar a las liquidaciones e ir tipo agosto en adelante a las tiendas más lindas a ver si "pescan" alguno con rebaja!
Campera de cuero (cancherísima): Natural o (mejor!!) ecológica de muy buena calidad, las camperas de cuero se instalaron en el guardarropas hasta para la época veraniega. Complementan looks informales, de día y de noche, y nos encantan. La negra es la reina, pero las que vienen en color suela llegaron para quedarse. Hay que probarse mil hasta dar con la que nos gusta y nos quede "regia".
Varieté de camperas: la clásica campera de jean, las que son cargo y hasta las inflables. De la mano del diseño, todas son divinas, femeninas y complementan
outfits informales. No hay que cansarse de probar una y otra y, lo más importante: hay que dejarse impresionar. Si te gustó o no de entrada, amigate con tu intuición.
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